martes, 12 de julio de 2011

La carreta, el caballo y el avance tecnológico

Twitter, TICs, blogs, Facebook, moodle... La velocidad, la inmediatez y el contacto virtual permanente parecen ser la corriente que nos arrastra diariamente. Surgen nuevas formas de comunicación que, como tanto se ha dicho, borran el límite entre público y privado. Y otras que, además, borran la asimetría de los participantes.

La web pone al alcance de un sinnúmero de individuos la comunicación masiva. A partir de esto surgen también cuestionamientos e interrogantes propios del ámbito educativo: ¿tener o no tener alumnos de "amigos" en el facebook? ¿Cómo se modifica la autoridad del docente en la web? ¿Qué tipo de interacción favorecen estas herramientas y cuáles directamente imponen? Hasta ahora, las respuestas que vienen surgiendo (al menos las que a mí me llegan especialmente) rondan sobre lo mismo: ¿cuál es el uso que queremos darle a la tecnología? ¿Cuál es el objetivo pedagógico que sostiene y da sentido al uso de estas herramientas?

Creo que esto se constuye en un ámbito que excede ampliamente la especificidad de lo virtual. Yo no soy amiga de mis alumnos por más que el rótulo que Facebook me impone sea ese. De hecho, el perfil que tengo para comunicarme con mis alumnos está claramente encabezado por un "Profe." Para mis amigos no soy "profe." De la misma forma, la autoridad se construye en el encuentro cotidiano, y aunque los microblogs tiendan a abolir la autoridad en la participación, nuestro alumnos no son desconocidos. Están limitados por la relación que mantenemos con ellos diariamente. En el Twitter seguiría siendo "profe" para ellos.

Por último, la mayor carreta, la carreta máxima que bloquea el camino: no todos mis alumnos tienen acceso a la tecnología. La enorme mayoría de los que asisten a escuelas municipales no tiene acceso cotidiano a internet. Consumen tecnología en el cyber pero no tienen los recursos para apropiarse creativamente de sus posibilidades. En Buenos Aires hace un año que esperamos las netbooks con ansias. En una de las escuelas donde trabajo, de hecho, ya llegaron pero todavía no se reparten porque falta un componente. En otra, ni noticias. Mientras esto ocurra, nuestros alumnos seguirán la lógica del consumo, aumentando todavía más la desigualdad que padecen diariamente.

2 comentarios:

  1. Y cuando lleguen serán obsoletas. O se cortará la luz. O fallará la conexión. O se las habrán robado en la parada del colectivo. Y entonces no hay que dar por la herramienta más de lo que la herramienta vale. Porque la carreta debería ir detrás y no delante del caballo...

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  2. Problemas de la desigualdad, en la escuela estamos esperando que llegue mientras se corta la luz por una falla en una fase, ni la carreta ni el caballo.

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